NH Atlanta Brussels

Llegamos al hotel sobre las 12 de la noche porque tuvimos retraso en nuestro vuelo y la verdad es que el check-in fue todo lo rápido que deseábamos, además, el recepcionista nos atendió en español, así que la cosa fue todavía mejor.
El único aspecto que no me gustó fue que hicieron el cargo de la garantía en la tarjeta de crédito sin avisarnos, y esta cuestión no suele ser habitual en España, de manera que cuando me llegó el aviso al móvil del cargo pues la verdad es que me mosqueé un poco por las formas aunque entiendo que sea el procedimiento normal.

La apariencia del hotel ya desde la calle es buenísima, y una vez pasas al interior la verdad es que resulta bastante acogedor y con un montón de salones comunes para estar, además de contar con un billar gratuito donde sólo es necesario pedir en recepción los tacos y las bolas.
Una vez en la planta de las habitaciones, lo que menos llama la atención es el pasillo, ya que es ahí donde se notan los años que tiene el hotel, por ejemplo, justo en nuestra planta junto a los ascensores había una antigua máquina de hielo, donde ahora habían colocado un cartelito indicando que en caso de necesitar hielo lo pidieras por favor a recepción. Además, en el pasillo se nota que la moqueta tiene cierto tiempo y las ventanas también invitan a no mirar por detrás de la cortina que las cubren.


Una vez entramos en la habitación, la verdad es que la cosa volvió a mejorar un montón, y lo que nos encontramos fue con una habitación muy amplia, con una cama de matrimonio de un tamaño bastante majo y una decoración bastante inusual hasta ahora en un NH. Y es que la cabecera de la cama pasaba por ser un cuadro de gran tamaño que le daba un toque de distinción a la habitación y la hacía aún mucho más amplia.
Un detalle de la habitación que me llamó la atención positivamente es que en el interior del armario, en los espacios reservados para colgar los abrigos, y guardar la ropa en general, había luz interior, y eso que no tuve la sensación de que la habitación no estuviera lo suficientemente iluminada, sino al revés.
En cuanto al resto del mobiliario de la habitación, pues sobre todo me gustó una gran mesa de escritorio que quedaba en un lateral, junto al armario que estaba a los pies de la cama, y también el hecho de que dejaran un gran espacio libre entre la cama y un par de pequeñas butacas que había junto a las ventanas. La verdad es que la decoración me pareció muy buena y es de las habitaciones que más me han gustado de todos los hoteles de esta cadena en los que me he hospedado hasta ahora.
De lo que sería el cuarto de baño, para más sorpresa aún, tengo que decir que al igual que la habitación en sí, pues también era enorme, y de hecho, contaba tanto con ducha como con bañera, que por desgracia no era de hidromasaje, en caso contrario pues ya le hubiera puesto un 24 como nota a la habitación, jeje. Aparte, el único defectillo sería que como siempre en los NH resultan algo tacaños con los amenities pero por lo demás, más que suficiente y aprobado con nota.

El aspecto menos destacable del hotel, sin duda es su desayuno, que no llega a ser escaso pero a mí no terminó de convencerme comparándolo con otros desayunos por los que hemos pasado en el 2009.


Está situado en la planta novena, y tiene una terraza exterior donde seguro que se está de cine en verano, pero el 31 de diciembre hacía un frío que mejor ni salir. Aparte, desde aquí lo único que podemos ver son los grandes rascacielos de Bruselas, tampoco mucho más, supongo que en verano resultará mucho más atractiva para desayunar que ahora.
En cuanto a la variedad del buffet pues sobre todo encontrábamos diferentes tipos de panes, croissants y napolitanas de chocolate, mermeladas, mantequilla, y nutella. Me pareció que la fruta fresca escaseaba bastante, y en cuanto a las planchas frías de salados pues teníamos el habitual jamón, queso, salami, etc., situados a escasos metros del bacón, huevos revueltos y salchichas. 
Ya sé que dicho así puede parecer bastante, así que quizá me pareciera más flojo porque me he acostumbrado a desayunos de hoteles donde tienes cantidad de cosas para elegir, y bueno, luego llegas a estos otros un poquito inferiores y echas de menos varias cosas.
Aparte de esto, las mesas me pareció que estaban demasiado juntas, y quizá pillamos la hora en que había más gente en el comedor pero resultaba un poco estresante acercarte a llenarte el plato porque todo el buffet se concentraba en una isla cuadrada que no daba para todos.

De otro tipo de servicios no puedo comentar nada porque en nuestro caso sólo pasamos allí una noche, y aparte de los salones a los que sí que echamos un vistazo, y del desayuno, pues vimos poco más del hotel; aunque a mí no me hubiera importado repetir, y de hecho, si no lo hicimos fue porque para el día de vuelta de Gante buscábamos una fórmula más barata con desayuno incluido (que para la noche esa íbamos con bono y nos salió por 70€ con desayuno e IVA incluidos pero la siguiente tendríamos que haber pagado una pasta). 

En general es un hotel que recomendaría sin ninguna duda para Bruselas, quizá no esté justo en el centro, pero por su ubicación resulta más que recomendable porque se encuentra a escasos metros de la ópera, y calculo que a unos 15 o 20 minutos andando (no más) aproximadamente de la Grand Place, el centro neurálgico de la ciudad.

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