Dormir en el NH Iruña Park

El hotel se encuentra en la misma ciudad de Pamplona aunque a unos 15 minutos andando aproximadamente del centro. De hecho, me parece una buenísima opción para alojarse de cara a despreocuparse del coche puesto que en los alrededores (incluso en la misma puerta del hotel) es facilísimo aparcar y esto es de agradecer para ahorrarse un párking.

Exteriormente se le nota que es un edificio de varios años, una gran torre que destaca puesto que se encuentra rodeada de un párking por un lado, una zona verde y una plazoleta. Localizarlo además no es difícil porque si más o menos tenéis controlada la zona a pesar de ir sin GPS enseguida veréis el letrero NH en lo alto.

Por dentro, un primer vistazo nos dice que nos encontramos en un alojamiento de estilo clásico que no ha pasado el proceso de restauración NH, con esto no quiero decir que el edificio resulte viejo o esté poco cuidado pero sin duda, la sensación será la de estar en un hotel de hace varios años con esas recepciones en mármol y madera que ya no se llevan.

Para el acceso a las habitaciones el hotel cuenta con tres ascensores, y la verdad es que un fallo de los mismos es que nada más darle al botón se cierran las puertas así que nos dimos un sustillo la primera vez.


Una vez en la habitación la verdad es que sí que coincido con algunas críticas que había leído en que el hotel da aspecto de tener ya unos añitos, pero tampoco porque esté mal cuidado sino sobre todo porque la decoración de la habitación en sí resulta bastante clásica y además al entrar en el baño la sorpresa era mayúscula puesto que los azulejos tenían grabado el antiguo nombre del hotel "Iruña Park" (bueno, las iniciales en realidad).

Nosotros estuvimos muy a gusto en la habitación, con una buena climatización y, quizá como pequeña pega tendría que decir que esta vez el colchón se veía más trotado, de manera que no estaban tan firme como en otros hoteles.

Por lo demás, quizá el baño sí que necesitara una pequeña puesta al día, aunque lo que había funcionaba perfectamente. Eso sí, la cortina de baño en un hotel de 4 estrellas me parece imperdonable, el espejo de aumento era de estos que llega un punto en que se vencen hacia abajo y es imposible mantenerlos rectos, y el secador era de los de toda la vida de pared y sin potencia.

Puesto que nuestra oferta tenía desayuno, pudimos probar el estupendo buffet que como en otras ocasiones ofrece esta cadena de hoteles. ¿Lo que eché de menos? pues sobre todo platos calientes ya que no sé si fue que estábamos muchos para desayunar pero la gente se tiraba a los platos calientes y apenas pude disfrutar de un pequeño trozo de tortilla.


La variedad de zumos, sin embargo, me pareció de nota alta (y me recordó al Palacio de Ferrera de Avilés), y de forma similar tengo que reconocer que en cuanto a embutido y bollería había de sobra para disfrutar. Sí que eché de menos algo más de variedad en cuanto a quesos, pero en resumen el desayuno fue muy bueno y aprobaría con buena nota.

¿Lo peor entonces del desayuno? pues la mala organización de las personas que atendían el comedor. Pudimos ver como varias personas terminaban de desayunar y se iban sin que les tomaran la habitación, y en nuestro caso también casi nos toca, de hecho, nos vinieron a preguntar cuando ya estábamos a punto de terminar.

Por otra parte, estaban algo desbordados sacando comida y se echaba en falta que estuvieran más atentos a que faltaba leche, zumo de naranja, etc.

En resumen lo considero un buen hotel para pasar por Pamplona siempre que se pueda obtener una buena oferta como fue nuestro caso ya que no llegó a 45€ y nos encontramos con desayuno incluido y habitación doble muy confortable.

Yo personalmente no tendría problema en volver siempre que encontrara un precio similar, de otro modo si tuviera que pagar sí que buscaría algo más moderno, que ya que pagas yo creo que merece más la pena que el alojamiento te deje con la boca abierta.

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