Nuestra Señora de Croas-Batz

Esta iglesia de Roscoff fue una agradable sorpresa tras nuestro paseo por la localidad, ya que aunque nos acercamos con la idea de que no nos enseñaría nada que nos sorprendiera.
Imaginaros un pueblo totalmente turístico con mucha zona en estilo señorial y con la convicción de que se trata de un turismo casi de élite por lo cuidado de sus calles, su tasa de aparcamiento, sus baños públicos bien cuidados en medio de la zona de puerto, etc.

Encontrarla no es difícil porque se encuentra muy cerca de la zona del puerto de la localidad, y su campanario destaca por encima de las casas así que mirando un poco hacia el cielo seguro que la veréis. Luego, es necesario recorrerla alrededor para ver sus diferentes ángulos, ya que os pasará como a nosotros, que llegaréis por su parte trasera y hasta que no déis la vuelta no encontraréis la puerta de acceso bajo un arco gótico sobre el que descansan dos escudos y un barco sobre la fachada.

A mí, particularmente me pasó primero al mirarla por fuera y encontrarme con que su campanario, a diferencia de lo que habíamos visto hasta entonces, estaba formado por pináculos y pequeñas columnas que lo estilizaban más de lo que se pudiera esperar, pero es que luego, al pasar a su interior, no dejó de sorprenderme el encontrar algunas tallas policromadas en madera que adornaban el techo forrado en cada una de sus naves.

La iglesia por dentro era una mezcla de blanco y madera que la hacía muy acogedora y con detalles como digo a los que no podías menos que dedicar un buen rato. Así, me acuerdo mucho de figuras humanas que estaban perfectamente talladas incluso simulando las ondas del cabello y con distintos símbolos que supongo que tendrían que ver con las mareas, la luna, la pesca, etc. porque no se puede olvidar que estábamos en una localidad costera donde la gastronomía está claro que gira en torno a la pesca.
Recuerdo también que me llamó la atención el púlpito, todo él en madera y con una figura tallada en la parte superior con una especie de trompeta.

En mi opinión, si pasas por Roscoff hay que pasar por esta iglesia, normalmente estamos acostumbrados a ver grandes riquezas en el interior en cuanto a tallas y esculturas se refiere, pero en este caso, en nuestra señora de Croas Batz no son necesarias porque ya su propia arquitectura con madera estoy segura de que te encantará.