Iglesia de Santiago


Durante nuestro viaje por Bretaña el día que nos desplazamos desde la costa de granito rosa hacia la parte de Saint-Maló, pasamos por el pequeño pueblo de Locquirec y nos decidimos a hacer una pequeña parada allí mismo para estirar las piernas.

El resultado fue que descubrimos esta pequeña iglesia más o menos en el centro de lo que pudo haber sido algún día la parte más antigua, y que hoy en día queda situada junto a un gran complejo hotelero. Y es que Locquirec me pareció una villa de vacaciones al estilo de las ciudades balneario junto al mar de hace décadas, con sus grandes casas pudientes y sus calles muy cuidadas con ambiente de verano y de terrazas.

El caso es que la iglesia, lejos de parecerse a esas que nos habían llamado tanto la atención los días anteriores, por fuera no decía mucho de sí misma porque era más bien bastante sencilla. Eso sí, no faltó la foto obligada junto a la reseña de la distancia que existe desde Locquirec a Santiago con la concha de peregrino incluida, y es que en el muro de acceso a la iglesia podemos encontrar un murete de piedra que lo marca.


Por dentro la iglesia tampoco es que fuera de lo más impresionante, sin embargo, sí que llamaba la atención y daba un toque curioso la variedad de maquetas de embarcaciones que adornaban sus rincones. Y es que según supimos la iglesia era bastante visitada por los marineros, por lo que era una manera de agradecer y pedir suerte al hacerse a la mar.
Y como destacable pues un pequeño retablo de madera con muchas tallas que además estaban coloreadas. Desde luego para mí fue lo más llamativo de su interior.

No sé si nosotros tuvimos suerte o normalmente suele estar abierta pero lo cierto es que merece la pena la parada porque a veces no hay que ir a grandes pueblos para disfrutar de auténticas maravillas así que desde mi punto de vista es una más que recomendable parada en una visita a esta zona.

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