Como en nuestro viaje por la Bretaña Francesa dormimos dos días cerca de Dinan, lo que hacíamos era cenar por esta localidad antes de irnos para el alojamiento, así que nos esforzamos en encontrar un par de creperías que no fueran excesivamente turísticas con la esperanza de seguir disfrutando de auténticos crepes.
Encontramos esta crepería tras una primera ojeada a lo que nos ofrecía Dinan para cenar la primera noche, y la verdad es que aunque nos gustó nos desanimó un poco que se encontraba vacía, así que tuvimos el típico temor por entrar sobre todo teniendo en cuenta que el restaurante de al lado estaba a tope. Al final, en la segunda vuelta nos decidimos a entrar y la verdad es que fueron de los crepes más ricos que probamos en toda Bretaña.
La atención no puedo menos que calificarla como muy buena, en todo momento se estuvo pendiente de que no esperáramos demasiado entre las crepes (salada y dulce), y siempre con una sonrisa, lo cual resulta más que agradable. Luego aparte está el hecho de que contaban con un gran perro que se quedaba en la parte exterior del local pero nos parecía majísimo, como un peluchón, así que todavía nos cayeron mejor.
Respecto a las crepes pues buenísimas, aquí dobladas por las esquinas hacia dentro a diferencia de otras poblaciones de Bretaña pero igualmente ricas y con unos ingredientes estupendos. Y las dulces, pues bueno, en concreto recuerdo la de chocolate negro con chocolate blanco que me pareció espectacular.
Y de duración pues también más que bien, de hecho no tardamos demasiado en cenar y marcharnos a dar un paseo antes de volver al alojamiento, aunque también es cierto que no se tarda demasiado en preparar unas crepes, pero bueno, al final cuando se va a cenar nunca se sabe...
Resumiendo, a pesar de que el lugar puede de primeras no convencer por no ser de los que están hasta las trancas, es más que recomendable para cenar o comer en Dinan y estoy segura de que si los visitáis disfrutaréis tanto como yo de sus crepes.
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