Se trata de una quesería tradicional que nos aconsejaron visitar en la localidad de Bagergue, que se supone el pueblo más alto del Valle de Arán.
Llegar no es complicado porque su situación está indicada ya desde que llegas al pueblo, aunque en nuestro caso lo complicado fue acceder a la misma puesto que uno de los hermanos que la han fundado se encontraba de reparto y nos tocó hacer un poco de tiempo esperando a que volviera.
En todo caso, decir que junto a la quesería encontraréis un cartel con el número de teléfono al que podréis llamar sin problemas para ver si van a abrir, o quedar con ellos, ya que lo aconsejable es reservar para que no os pase como a nosotros.
Una vez accedimos al interior, deciros que encontrareis una pequeña zona de tienda en cuyo suelo hay dos paneles de cristal o metacrilato (no sabría deciros) a través de los cuales se puede ver la sala de curación de los quesos que preparan aquí. En nuestro caso, en pleno mes de febrero aquello no estaba a reventar, sin embargo, pudimos regresar al visitar de nuevo el valle en verano, y aquello ya era otra cosa en cuanto a provisión de quesos.
La primera vez tuvimos la suerte de que no había gente y nos hizo una visita guiada personalizada por la zona donde elaboran el queso, bajando después a la sala de curación, donde pudimos oler de primera mano todos los que tenían allí abajo. Por cierto, que nos llamó mucho la atención un queso en especial que estaban preparando para un restaurante de Baqueira y que tendría gusto a cerveza por su curación en este líquido, impresionante.
Después de la visita se nos invitó a catar la variedad que en aquellos momentos podían ofrecernos para comprar si estábamos interesados, y la verdad es que nos vinimos con un queso entero bajo el brazo y otra mitad para regalar. Según nos contaron, para su elaboración, compran la leche en lugar de tener ellos mismos el ganado y luego emplean una técnica de curación traída de Francia, aunque se enorgullecían de haber heredado la mano de la abuela que había hecho quesos toda la vida.
Para mí fue una visita súper interesante y quedé encantada con la calidad del queso, que estaba riquísimo y le puso un toque diferente al fin de semana que pasamos en Arán. Así que como nos quedamos con ganas de más, no dudamos en volver durante nuestra visita en el verano de 2012 para traernos de nuevo para casa un par de sus quesos artesanos.
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