Ibis Styles Quimper

Llegábamos a este hotel con las expectativas que nos generó el All Seasons Lorient, así que yo me sentí un poco decepcionada al ver que las instalaciones no eran tan buenas ni mucho menos tan modernas, aunque para pasar un par de noches como fue nuestro caso tampoco podemos quejarnos.

El hotel está situado a un par de kilómetros del centro de Quimper, aunque no es difícil llegar hasta la ciudad con el coche, eso sí, sin transporte estais perdidos. El párking es gratuito alrededor del hotel, ya que es un edificio de estilo casita con ventanas muy graciosas que bajan a nivel balcón y pintura en color blanco exterior.
Por dentro ya es otra cosa y las habitaciones están decoradas en tonos rosados que le dan un aspecto diferente, a estas alturas todavía no sé si me gustó demasiado tanto rosa por todos lados, pero reconozco que original sí que era. Quizá el punto más negativo a este color en las paredes sea que al final la luz en la habitación no iluminaba todo lo deseable al reflejarse sobre un color que no es tan claro.

La habitación era de un tamaño medio, donde no teníamos problemas para desenvolvernos correctamente ya que disponía de espacio libre a los pies de la cama, y quizá lo que menos gracia me hizo fue que tenía unas baldas para colocar ropa y demás, pero quedaba totalmente a la vista, de manera que carecías de intimidad por ejemplo si querías guardar algo y que no lo vieran las personas que limpiaban la habitación.
La cama me pareció cómoda, no tengo mal recuerdo, pero algo a destacar es que era bajísima para mi gusto, así que si eres más de tipo cama NH (altas), esta no es una buena opción para muchos días.
Y en cuanto al baño, pues aquí la verdad es que el hotel fallaba un poco ya que se le veía bastante viejo, no estaba mal, pero claro, se notaba que necesitaba un lavado de cara igual que se había hecho con el resto del hotel, a veces una mano de pintura en la habitación y un cambio en el mobiliario pues no es suficiente. Tenía ducha, inodoro y el lavabo con un pequeño espejo que resultaba muy útil.
Por cierto, que en esta cadena, como es habitual, nos encontramos con el botellín de agua y las gominolas de cortesía sobre una mesita en la habitación.





Como servicios extras del hotel, en este caso no contábamos con piscina, sino sólo con parte de jardín, una especie de biblioteca que además albergaba una zona de juegos para niños pequeños, y una cafetería comedor para los desayunos, que fue lo único que tomamos allí porque no nos convencía a nivel restaurante como en su día Lorient.
Eso sí, la conexión Wifi es gratuita así que sólo hay que pedir en recepción la password si lleváis un portátil, o bien, podéis hacer uso del PC con conexión de que disponen en la zona de recepción.

Y el aspecto menos destacable pues sin duda fue el desayuno, quizá no fuera tanto responsabilidad del hotel, aunque en última instancia deben asegurar que todo esté correcto para los clientes, pero es que también hay personas totalmente irresponsables que no tienen ningún cuidado al manejarse en el comedor, y bueno, uno de los días al ir a desayunar la verdad es que las mesas dejaban mucho que desear y estaba todo bastante desangelado.
En cuanto al buffet por variedad pues no estaba mal, teníamos algo de embutido, queso, croissants y napolitanas para comer, y como siempre mantequilla con pan para acompañar. También disponíamos tanto de zumo como de cacao así que el desayuno en sí no se podía considerar malo a no ser por la falta de organización que comento en cuanto unos iban desayunando y otros acudiendo al comedor.


¿Recomendable? pues para nosotros lo fue sobre todo por los precios ajustados que obtuvimos en todos los all seasons donde nos alojamos, y si no sois muy exigentes el hotel era más que aceptable. No se puede decir que sea el mejor si lo que se quiere es estar en el centro de la ciudad, pero como digo tampoco estaba muy lejos en coche, y desde luego por la diferencia de precio mereció la pena la estancia un poquito más apartados.

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