Abadía de San Mateo en Fine Terre

La abadía de Saint Mathieu de Fine Terre es uno de los lugares que teníamos en mente desde que comenzamos a planificar la visita a Bretaña, en las fotos que habíamos visto nos parecía un lugar diferente, con un halo de misterio al situarse en la parte más occidental de Bretaña y sobre todo por conservar las ruinas de lo que antiguamente fuera una perfecta abadía.

Llegar no resulta difícil porque la carretera está bien indicada, aunque en nuestro caso íbamos con Tom Tom y esto nos hizo tomar algún atajo de estos que tanto gustan a los GPS que al final acabamos por carreteras de tercera entre huertos y demás vida rural.

Me sorprendió al llegar, eso sí, que se hiciera tan poco negocio en el lugar, y que la visita a los que son las ruinas fuera gratuita, sobre todo después de ver que por cualquier atracción conocida o no en Bretaña hay que pagar, jeje.
De igual manera, es de agradecer que hubiera pegado a la abadía un párking gratuito donde no hubo ningún problema para dejar el coche.

¿Qué es lo que se puede hacer? pues la verdad es que la visita no se extiende mucho más allá de recorrer la planta de lo que antiguamente fue la parte de la iglesia de la abadía, y después caminar por el borde de los acantilados, pero como digo, es un lugar que a mí me encantó por lo melancólico de las ruinas, la tranquilidad que se respiraba (algún turista pero nadie haciendo bulla), y sobre todo por la ubicación, con las olas rompiendo en la parte de abajo de la abadía y con un azul impresionante.

Después de estar un buen rato bajo los arcos que se conservan, nos decidimos a seguir caminando hacia la parte derecha de la abadía, donde desde una pequeña elevación se puede observar otra vista de la misma, construida junto a un faro (al que no pudimos acceder), y que nos da otra idea de la ubicación y de lo genial del lugar.

¿Merece la pena alargar el camino hasta esta punta? si os gustan este tipo de construcciones y las ubicaciones a pie de acantilado, sin duda sí. En caso de que por planificación quede a desmano, vimos que había un par de alojamientos allí mismo, por lo que también sería una bonita opción quedarse a dormir y ver así atardecer desde Saint Mathieu, que tiene que ser todo un espectáculo de luz filtrándose entre cada arco y columna que queda en pie.